Se le denomina sacramento de reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Co 5,20). El que vive del amor misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor: "Ve primero a reconciliarte con tu hermano" (Mt 5,24).
"Aquellos que se acercan al sacramento de la Penitencia obtienen el perdón de la misericordia de Dios por la ofensa cometida contra él, y son, al mismo tiempo, reconciliados con la Iglesia que han herido por sus pecados y que por la caridad, con el ejemplo y por la oración trabaja para su conversión".
Catecismo #1422